Desde una perspectiva simplista y patriarcal venus solo representa la belleza y la figura de la mujer. La top model, la belleza, el glamour. ¡Ah! Y en el hombre el tipo de mujeres que le gusta o que atrae, porque claro… en el hombre no puede haber energía femenina… (nótese el sarcasmo).
Aun así, con este inicio sarcástico mi intención no es negar que lo anterior sea verdad. Claro que venus en una mujer nos puede hablar de cómo gusta vestirse, de sus hábitos, también en el hombre hablará del tipo de mujeres que son más afines a él… también nos hablaría de la forma de amar o de relacionarse afectivamente, pero la interpretación de venus va mucho más allá de eso.
En este artículo no quiero hablar de venus como el prototipo de mujer que se conoce desde la astrología tradicional, sino más bien de la energía femenina que representa y que está presente en hombres y mujeres independientemente de la orientación sexual o de algún tipo de condicionamiento de este estilo.
Venus en nosotros representa la capacidad que tenemos para relacionarnos con el otro afectivamente, es nuestra capacidad de empatía, de conciliar a través del diálogo, de la armonía, la diplomacia.
Un venus en buen estado daría una persona empática, capaz de relacionarse empáticamente, dará la capacidad para pensar en la otra persona antes que en uno mismo, aunque bueno, claro, es verdad que todo en exceso hace daño por lo que un exceso de venus nos puede dar inseguridad o poca capacidad para poner límites ante los demás.
También venus habla de nuestros valores, de qué es importante para nosotros, de cómo disfrutamos la vida, de dónde está nuestra comodidad.
Cuando estamos en pareja venus es la parte de nuestra psicología que más sale a relucir, aunque también depende del signo y la casa en que esté también podamos mostrarlo en ámbitos de amistad o entornos cotidianos.
Un venus en mal estado podría hablarnos de una persona que tiene problemas para relacionarse con los demás, ya sea afectivamente o incluso en la propia socialización, y si además a esto le añadimos una luna tampoco en buen estado puede convertirse en alguien con poca o nula empatía, aunque también habrá que ver los principios activos (sol, marte, júpiter, etc.) para dar cuenta de eso.
Venus en un hombre puede hablarnos de la integración de arquetipos femeninos más allá de las relaciones (en otros casos en donde venus no esté en la casa 7) y muchas veces desde su propia personalidad y no por “las mujeres de su entorno”. Por ejemplo, un venus en casa 2, 6, o 10 en la carta de un hombre puede significar perfectamente una profesión, trabajo, ocupación u oficio asociado a cosas como la hotelería, la gastronomía, el cuidado personal, la nutrición, la salud, la psicología y muchos otros entornos en donde hallamos hombres que hacen propios arquetipos femeninos.
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